Josué Díaz Moreno
EN DEFENSA DE LA
MILITANCIA SOCIALISTA
CARTA A JUANI BOTO
Estimado Juani,
Con el mayor de los
respetos hacia su opinión y hacia la formación política por la que trabaja,
quisiera plantearle algunas reflexiones al artículo que ayer se publicaba en El
Vendaval, y de manera más extensiva, a la línea discursiva con que viene
colaborando en este blog desde que naciera meses atrás.
Comparto el punto de
partida (indignación con la situación política actual, secuestro de la democracia)
y de llegada (necesidad de una política con mayúsculas y de una ciudadanía activa para acabar con la política
de gama baja centrada en intereses personales) de su análisis. De la misma
manera, creo que compartimos el rechazo hacia ciertas formaciones políticas y
personajes de este pueblo. Pero, por las razones que a continuación expongo, difiero
en algunos de los puntos intermedios de su discurso, sobre todo en cuanto a la crítica
que dirige a la militancia socialista. Veamos.
En primer lugar, a mi
juicio, peca usted de cierta soberbia al pretender detentar el monopolio de la
verdad, pues olvida, que, partiendo de corrientes varias de la epistemología y
la gnoseología, todo objeto de conocimiento quedaría siempre condicionado y
transformado por el sujeto de conocimiento. Es decir, no existe la verdad pura,
sin más. Partiendo de esta premisa y sin ánimo de transitar los horizontes
filosóficos de D. Hume, quisiera invitarle a que analizara conmigo las siglas
del partido que defiende, desde posicionamientos libertarios y anarquistas. Por
ejemplo, le invito a la lectura de politólogos de contrastada valía como Carlos
Taibo, que no duda en definir a IU como partido atrápalotodo (en alusión a un distanciamiento de planteamientos más
radicales que les permite alcanzar un mayor rédito electoral entre
simpatizantes de izquierda más moderados), que también haría el tipo de
politiqueo interesado al que usted alude en su artículo, manteniendo a flote
las miserias de los sindicatos mayoritarios y abonando el camino de hipotéticos
pactos con el PSOE. Taibo, recuerda que IU permutó a nivel discursivo el
termino comunismo por el oxímoron socialismo
democrático (en palabras del autor, primo hermano de la socialdemocracia, o
como mucho de una socialdemocracia radical); que la coalición de izquierdas se
beneficia del cansancio y el hastío de muchos votantes de la izquierda
desencantados con el PSOE, que ven en IU la opción menos mala, pero no terminan
de comulgar con sus planteamientos y por ello no fidelizan su compromiso (valga
el ejemplo del efecto del voto útil). Por último, también critica el autor el
efecto tapón que juega IU con los movimientos sociales, generando una malla
absolvente y acaparadora[1].
Sin que coincida con
todos los planteamientos de Carlos Taibo –que ello le quede claro-, lo que
pretendo es que entienda usted que no detenta el monopolio de la Izquierda, ni
menos de la verdad, y que en muchos casos, esa verdad, depende del punto desde
donde se enfoque la realidad. Confío en que haya sido capaz de expresarme con
claridad y las pasiones no le lleven a confundir esta primera reflexión.
En segundo lugar,
quería plantearle una reflexión desde el pluralismo político y el eclecticismo
analítico, huyendo de la pureza ideológica que usted tiene el orgullo de
exhibir, pero que entenderá, no sería sano ni enriquecedor que replicáramos
todos, salvo riesgo de querer rozar las fronteras del pensamiento único y el
totalitarismo, que lo largo de la historia los ha habido de distintos colores
con nefastos resultados para la humanidad. Analizando exclusivamente la
militancia de base, estará conmigo en que ni los simpatizantes de IU son los
únicos militantes de Izquierda, ni todos los simpatizantes del PSOE son
necesariamente de centro. A partir de ahí, pienso yo, uno puede leer y comulgar
con Marx (en todo o en parte), ser cristiano, estar casado por la iglesia, no
tener antepasados republicanos, tener una empresa, y considerarse votante y
militante de Izquierda, independientemente de si vota al PSOE, a IU o IA. No
veo la incongruencia, siempre que desde el día a día se luche por las causas
socialistas con pasión e integridad. Confío en que entienda esto y no arremeta
nuevamente con el discurso del cinismo y las lecciones de buena izquierda y
ética kantiana, dirigido contra militantes de base, porque estaría usted
dejando fuera del discurso a personas de gran valía como F. Houtart o Paulo
Freire, por citar algunos ejemplos dentro de ese pluralismo enriquecedor.
Entenderá, por tanto, que
haya militantes y personas que no compartan su enfoque monocorde de la
realidad, y particularmente, me sienta incómodo cuando se presenta y dirige a
nosotros, los militantes de base del partido socialista, dando lecciones de
moralidad, pues creo que genera un triste efecto excluyente y ortodoxo, más
propio de postulados de otras fuerzas políticas, y que dicho sea de paso,
tampoco creo que le haga bien a las siglas del gran partido para el que usted
trabaja donde, precisamente, el pluralismo y la riqueza de opiniones son parte
de sus señas identitarias y de sus principales fortalezas. No obstante, si
sigue insistiendo por esa línea, estaré encantado de tomar un café con usted,
curriculum vitae en mano, para que examine la pureza de mis valores y mis
postulados, si así lo desea y le ayuda a dormir más tranquilo y alejar ciertos
fantasmas que parece, le rondan en torno a el grueso de compañeros y militantes
de base que, como yo, confiamos en que es posible hacer política con mayúsculas
y de izquierdas, desde el PSOE. Se lo digo con el mayor de los respetos,
créame, tan sólo, para que termine de entender que nadie es mejor que nadie, y
que las siglas, no determinan al individuo, ni al todo, ni por ser uno
militante de un partido queda condenado al determinismo existencial.
En tercer lugar,
decirle que comparto gran parte de su crítica a los errores del PSOE (como verá
no tengo ningún pudor en reconocerlos), y como militante de base, desde el
trabajo diario, trato de luchar por un proceso de renovación, reafirmación y
reencuentro identitario con los valores y los principios que hacen grande al
partido socialista para que vuelva a ser una herramienta de transformación
social y progreso. No obstante, no quiera usted cargarnos con todos los pecados
del mundo a los militantes de base, que Jesucristo sólo hubo uno, y los
fracasos y virajes erróneos son decisiones, en la mayoría de los casos, de las
élites políticas a las que no defiendo ni trato de justificar, y no de la base
militante que, en cualquier caso, ha sabido ejercer su voto de castigo cuando
ha correspondido, y del que por cierto, IU ha salido beneficiada. Y no olvide,
que si hablamos de miserias políticas y politiqueos de las élites, por desgracia, en IU también las ha habido (no tema
admitirlo), sin que sea mi intención espolearlas aquí, pues no encuentro valor
en ello, si queremos aspirar a la Izquierda como alternativa a esta derecha que
nos ahoga, y a la que por cierto, usted se acerca con su intransigencia,
recordándome la expresión de Cospedal “es el PP o la nada” (entiéndase el
paralelismo).
Finalmente, Juani, aclarándole
sus dudas sobre la militancia interesada del PSOE, otro de sus prejuicios de
parvulario, le diré que en mi caso, no hay mayor interés en la política local
que el de aportar y contribuir desde mis experiencias a transformar la realidad.
Realidad, permítame decirle, que es más mucho más compleja que una frase o unas
siglas políticas. Este es uno de los aprendizajes que, tras haber residido y
trabajado por largas temporadas en 6 países diferentes (4 de ellos del Cono
Sur) y transitado por otros 3 (turismo aparte), arriesgando en no pocas
ocasiones mi vida, entregado a utopías sociales en defensa de los Derechos
Humanos, tengo por premisa. Es lo que tiene, a mi juicio, transcender el
localismo, que uno aprende de la práctica, de los modelos reales, de los
fracasos, del sufrimiento y las muertes ajenas, y amplía un poco la amplitud de
miras por encima de los dogmas, que no siempre sirven para socorrer a las
personas, y entonces, algunas tesis se vuelven cuestionables, y se aprende a
ser transigente y autocrítico, sin que por ello se abandonen las utopías, se traicione
a uno mismo ni se sienta menos auténtico. Entenderá pues, que trate de avanzar
en mis utopías desde el día a día, atendiendo más a los modelos, a las personas
y sus actos, que a las ideologías.
Siempre he profesado un
profundo respeto por el partido para el que trabaja y por los compañeros de su
partido, personas que usted cita en su artículo, cuyo compromiso e integridad
han sido modélicos desde la adolescencia. Y me consta, que con algunos de sus
compañeros la consideración es mutua, lejos del desprecio y la superioridad
moral con que usted tiene por pasatiempo juzgar a los militantes de mi partido.
En mi caso, prefiero quedarme con ese respeto y esa pluralidad del gran partido
que es Izquierda Unida, más que con sus empeños de magistrado inquisidor, más
propios del Comité de Salvación Pública del periodo de la Convención revolucionaria
francesa.
Por difícil y agotador
que le haya sido, confío en que, llegados a este punto, haya entendido que cada
uno lucha y encuentra sus causas donde considera. Que personas como yo decidan
activar su compromiso y su lucha por otro mundo posible desde la militancia en
el PSOE, es una opción legítima. Reconociendo, con todo, que pueda ser
equivocada a juicio de otros, en mi caso, tengo
la certeza de hallarme en el sitio que me corresponde, sin tener la necesidad
de andar comparándome constantemente con otros para construir y afirmar mi
identidad. No se empeñe, por tanto, en hacernos dudar, por favor, que empieza a
resultar cansino y, sobre todo, obsesivo. Respete a los demás y no se sienta
superior a nadie, que no lo es, ni pretenda tampoco detentar el monopolio de la
verdad, que nadie la tiene.
Confiando en que haya
sabido explicar mis planteamientos, disculpándome por la extensión de la
misiva, doy por cerrado de mi parte este desgaste dialógico, y le hago un guiño cariñoso para que empleemos
nuestras energías en la construcción de propuestas que nos acerquen hacia un
horizonte compartido de Izquierdas que considero posible y siento necesario
para Almuñécar.
Reciba un cordial
saludo,
Antonio
Josué Díaz Moreno
Militante
de base del Partido Socialista Obrero Español
PD. Revise la cita
sobre la verdad y la revolución, pues creo que sus compañeros la habrán
utilizado parafraseando a Lennin, autor de la misma.
En primer lugar: IU no es un partido, es un movimiento político y social compuesto por partidos e independientes, como es mi caso. IU tiene defectos a mi manera de entender, e intento desde mi posición aportar ideas para que cambien las cosas que no me gustan.
ResponderEliminarObviamente, difiero de los planteamientos de Taibo, que por otra parte no te digo lo que pensará del PSOE.
En segundo lugar: intentas manipular juntando muchas palabras. Me explico; el psoe es un partido procapitalista, en ningún momento ha planteado romper con ese sistema injusto y criminal. Una consecuencia por la cual te has ido como cooperante es fruto de dicho sistema, y por tus ganas de ayudar, claro.
Que el psoe es un partido procapitalista no lo digo yo porque esté en posesión de la verdad suprema, es un dato objetivo, no solo por sus actos, sino porque se considera un partido socialdemócrata, social liberal en lo económico.
Acusarme de totalitario responde a falta de argumentos, a falta de análisis de la realidad o a no saber en que partido se está.
En tercer lugar: el artículo lo he escrito yo, no IU. Mi opción política es IU, organización anticapitalista. Respeto y considero compañeros a gente que no está en la misma organización que yo, o que incluso no està en ninguna.
He hecho un ruego a todo aquel militante socialista que crea que el capitalismo es el problema, simplificando un poco.
Por último: en ningún momento he dicho que IU sea la solución, de hecho no lo es, es una herramienta más para luchar contra el capitalismo. Lo demás son cosas que te has sacado de la manga debido a la falta de argumentos y la incoherencia que supone militar en un partido que no quiere romper con el capitalismo.
Un saludo. Juani
La verdad es interpretativa, aunque la realidad es palpable y como tal posible de estudiar, analizar y como no de valorarla, por lo que después de leer tus alardes de intelectualidad sin fundamentacion práctica, meramente teórica, sólo me cabe añadir una nueva frase, ya hecha a principios del siglo XX , teoría sin práctica no sirve de nada, solamente engañar a las masas para explotarlas, por lo que más aplicación en la práctica y menos teorizar en la inopia. Saludos
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